Saludos lectores
El violento asalto ocurrido en los centros comerciales de Multiplaza Escazú y Plaza Colonial, nos recuerda nuevamente la importancia de contar con protocolos de actuación en nuestros centros de trabajo ante éste u otros eventos similares. Sin embargo, y pese a que cuando se toca el tema, todos coinciden en ello, lo cierto es que a la hora de que suceden, nos damos cuenta que en realidad no sabíamos cómo actuar o peor aún, no se tenía un protocolo a seguir. Lo anterior nos lleva a cuestionarnos por qué, si es evidente que ante el incremento de la delincuencia, pareciera más que obvio la necesidad de mejorar nuestros sistemas de seguridad, pero generalmente esto no es así.
La seguridad en Costa Rica no se ha tomado en serio durante muchos años, dejando de lado la gestión del Estado (que abordaré más adelante) los comerciantes, por más que sepan la importancia de la seguridad, no la han adoptado ni integrado aún a su cultura como parte de su diario vivir. Es posible encontrar empresas hoy en día que si han adoptado esta cultura a su organización, por lo general empresas de gran tamaño y siguiendo estándares o lineamientos internacionales, pero la pequeña y mediana industria son quienes más perjudicados se ven, ya que a menor seguridad, se convierten en blancos fáciles para la delincuencia.
El mayor obstáculo que enfrenta la seguridad en Costa Rica, es la proliferación de personas que se hacen llamar expertas en el tema, y asesoran por la libre a estas empresas, por lo general son asesorías que se dan por medio de las empresas de seguridad privada que han surgido en los últimos años como la “solución” a los problemas de inseguridad, pero que muchas veces no cuentan con altos estándares de calidad, o peor aún, están al margen de la ley, por ello es común escuchar en el argot popular la expresión “empresas patito” a aquellas que mantienen oficiales en condiciones no adecuadas, sin equipo, preparación e incluso violando derechos esenciales de sus mismos trabajadores.
Al ser empresas que no se preocupan por brindar calidad en sus servicios, sus costos naturalmente suelen ser los más bajos del mercado, y es acá donde empresarios cometen su peor error: Irse por la opción más económica. Y la verdad es que, aunque siempre se trata de optimizar los recursos con los que se cuenta, un servicio de seguridad de calidad, no será económico. Así mismo, pensar que una empresa de seguridad es la solución mágica a todos los problemas de seguridad, es otro de los errores más comunes, pues por más buen servicio que se ofrezca, estos servicios deben ser supervisados con regularidad y rigurosidad.
Y es que muchas empresas contratan servicios de seguridad privada sin ni siquiera realizar un estudio o diagnóstico previo para determinar las necesidades reales de su organización, de hecho, no siempre es necesaria la sub-contratación del personal, pues se puede contratar directamente y formarlo para ejercer las mismas funciones, pero todo esto solo se determina durante el análisis previo. Y es que los proveedores de servicio naturalmente siempre van a ofrecerse como la mejor opción y por ende, no es recomendable que sean ellos mismos quienes asesoren en esta etapa inicial, pues nunca le dirán que quizás su operación, funcione mejor con personal interno o que quizás lo que ellos dan no es realmente lo que se ocupa.
Otro problema, y que va ligado también con el tema de costos, es que se suele pensar que los sistemas electrónicos como alarmas o cámaras, sustituyen el recurso físico, y en más de una ocasión escuchará decir que se instalaron estos dispositivos para quitar los oficiales y ahorrarse dinero. Y ojalá este fuera el único problema, sino que encontramos constantemente comercios cuyos sistemas están instalados sin ningún sentido lógico, un ejemplo de ello se evidencia en los videos de los asaltos mencionados al inicio de este artículo, cuya altura no permite obtener una mejor imagen de los asaltantes.
Y si hablamos de sistemas de alarmas, encontramos muchos más errores, lo normal en esto es que se contrata el servicio y los técnicos llegan a instalarlos sin ningún planteamiento previo, es decir, se instalan donde el asesor (de la misma empresa contratada) indica y lo cierto es que estos sistemas tienen gran cantidad de características que con más análisis, podría darse cuenta que quizás el que le ofrecieron, no se ajusta a sus necesidades o que puede sacarle mucho más provecho. Por otro lado, no se les da un mantenimiento con regularidad, el poco control sobre estos y otros dispositivos electrónicos, hace que en ocasiones no funcionen en el momento que deben hacerlo, exponiéndolo a grandes riesgos.
Ahora bien, lo anterior no significa que la seguridad privada es el problema, muchas empresas buscan surgir y estar al día con sus obligaciones legales y patronales, pero al mismo tiempo, compitiendo contra un mercado que no valora el costo que conlleva dar servicios de calidad, o con legislación que no es severa con aquellos que no cumplen, y esto dificulta mucho la labor. En este sentido, es posible encontrar empresas que puedan asesorar responsablemente, pero para esto es importante la labor de quien contrata el servicio, de velar por buscar siempre opciones de calidad, de verificar la información y ser cautelosos con su contratación, tomando en cuenta que el cliente también tiene una responsabilidad civil compartida, por lo que esto debe ser un control cruzado con el propósito de crear alianzas estratégicas con empresas o asesores serios y conscientes de los riesgos que implica la prestación de estos servicios.
Por supuesto, no basta solo con poner personal propio ni equipos tecnológicos, es necesario capacitar al personal y establecer protocolos a seguir en caso de cualquier tipo de evento, los cuales deben complementarse con los demás recursos mencionados, es cierto que solo en ese momento se sabe cómo va a reaccionar el cuerpo, pero la constante práctica, refrescamiento y simulacros, ayudan a preparar al cerebro para enfrentar estos incidentes, no olvidemos que ante situaciones extremas nuestro organismo va a actuar por instinto, y en esos momentos lo que la persona va a recordar, es qué hacer para sobrevivir, pero si no se cuenta con protocolos bien estructurados, es posible que este instinto más bien genere el efecto contrario, como por ejemplo, enfrentar al criminal, o simplemente quedarse inmóvil o caminar de un lado a otro sin saber qué hacer.
Y tomando como ejemplo el asalto ocurrido, aunque el centro comercial los tenga definidos y brinde su seguridad, cada local comercial debe contar con su propio protocolo, y a la vez, es importante que ambos estén integrados, para que a la hora de hecho como este, no se dure 15 minutos en contactar a la policía, un botón de pánico permite que las autoridades sean informadas casi de inmediato y tener un mejor tiempo de respuesta, una central de monitoreo también permite dar un aviso oportuno, y los comercios cercanos deben colaborar en este proceso de notificar los sucedido en el menor tiempo posible y aplicar las medidas de seguridad que sean necesarias.
Ante la confusión y el alboroto que sucede en estos casos, el que los locales comerciales no tuvieran una idea clara de si debían cerrar sus puertas o no, hace que la situación sea más compleja y se genere más caos, sin olvidar por supuesto que el personal de seguridad debe ser quien guíe en todo momento la situación, donde debe mediar la calma y la ecuanimidad, y saber dirigirse a los clientes sobre qué hacer sin generarles pánico, no se recomienda tampoco la hostilidad, pues estas personas esperan del personal de seguridad instrucciones de cómo actuar, no se trata de que respondan con detalles lo ocurrido, pero definitivamente un oficial que sepa qué hacer y cómo dirigirse a los demás, genera confianza y las personas van a acceder a sus peticiones con mayor facilidad.
Finalmente, el Estado como tal ha contribuido a que en el mercado aún existan deficiencias con respecto a los servicios de seguridad privada, si bien hemos escuchado al Ministerio de Seguridad Pública decir que sus esfuerzos han sido para mejorar este mercado, aún se siguen aplicando, como ya he mencionado antes, medidas “parche” que no atacan al problema desde la raíz. Basta con analizar el acuerdo para regular las armas de fuego, que a un año de haberse aprobado, ha generado más problemas que beneficios, porque se sabe bien que estas evaluaciones en seguridad no pueden estar enfocadas únicamente en ver temas de armas, sino que deben contemplar otros elementos. De igual manera, no ha sido posible controlar las empresas al margen de la ley, ni se ha conseguido que las que están en regla, cumplan con sus obligaciones patronales como corresponde o que los centros de formación efectivamente preparen a mejores oficiales.
En países como España, existe legislación específica para comercios como joyerías, sobre medidas de seguridad que se deben implementar para reducir los riesgos, pues estos lugares, así como bancos y custodia de valores, son los más apetecidos por la delincuencia, así como productos propensos al contrabando como alcohol, tabaco o armas de fuego. Pero mientas que en Costa Rica las autoridades solo presten atención al dolor de cabeza y no al tumor, no se va a poder avanzar en estos temas y seguiremos viendo acuerdos que a la larga generan un impacto fuerte al Estado, como por ejemplo, ante la anulación de la directriz 132-MSP, es posible que se deban indemnizar a los comercios que incurrieron en gastos para la certificación de los puestos.
Es urgente comenzar a cambiar la visión que se tiene actualmente sobre lo que significa generar seguridad, en tiempos donde la delincuencia aumenta, cuando ya tenemos la incursión de bandas organizadas de otros países como quedó en evidencia con el golpe dado por este grupo mexicano, no es posible seguir viendo esto como si fuera un juego, no se pueden seguir contratando personas sin tener certeza de sus capacidades, conocimiento y experiencia, no podemos seguir permitiendo que las empresas hagan lo que quieran con los servicios que ofrecen y por supuesto, no debemos permitir que se use la seguridad de todos nosotros, como herramienta política para complacer a los intereses de unos cuantos.
Para concluir ¿sabe usted qué hacer en caso de encontrarse en una situación de tirador activo? Corra, escóndase o pelee, les comparto un video sobre los posibles escenarios que podría enfrentar y quizás esto le ayude a salir vivo de ellos:
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