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Foto del escritorAndrea Castellón S.

Pena de muerte en Costa Rica

Saludos lectores



El tema de la pena de muerte como sanción o castigo hacia quienes cometen algún delito (sobre todo aquellos más graves) suele ser un tema polémico entre la población costarricense, las personas por lo general defienden su posición, a favor o en contra, aunque pocas veces conocen a fondo el tema, simplemente surge como un clamor popular ante una problemática que pareciera no tener solución.

Comprendo la impotencia que se siente ser víctima de algún delito porque me ha tocado ser víctima directa o indirectamente y bajo ninguna circunstancia justifico ni defiendo a quienes cometen actos ilícitos. Sin embargo, y a pesar que yo también desearía que muchos de estos delincuentes pagaran duramente por sus actos, voy a tratar de explicar por qué la pena de muerte es una sanción prácticamente inútil y poco efectiva, utilizando algunos argumentos que usan frecuentemente para justificarla.


Argumentos a favor


La pena de muerte es más económica que mantener a los delincuentes en la cárcel: Para este punto utilizaré de ejemplo a Estados Unidos, las ejecuciones por pena de muerte en este país le han costado al estado 4 billones de dólares desde 1978, este monto incluye todo el proceso de juicio, las apelaciones y el encarcelamiento de los privados de libertad durante el tiempo que esperan por la condena, una ejecución puede rondar los 3 millones de dólares aproximadamente. Incluso, en algunos estados como Kansas, el costo por la aplicación de la pena capital es un 70% más que los costos en otros delitos cuya pena no es la pena de muerte, y en Texas, un caso de pena de muerte cuesta un promedio de $2.3 millones, casi tres veces el costo de encarcelar a una persona en una celda individual en el nivel de seguridad más alto por 40 años. Pueden ver algunos de estos datos aquí.


En lo que va del año (2015), se ha ejecutado a 14 personas en Estados Unidos y en todos los casos los condenados esperaron más de 10 años en el Pabellón de la Muerte, uno de los casos duró 28 años esperando por su sentencia. Por tanto, es evidente que la aplicación de la pena de muerte, genera una carga económica mayor, contrario a lo que muchos piensan.


La pena de muerte reduce la delincuencia: Hay ejemplos de países con bajos índices de criminalidad, como el caso de Islandia, donde no se aplica la pena de muerte, así como podemos mencionar a Singapur, el cual también es un país con bajos índices de criminalidad pero que aplica esta pena. Sin embargo, existen pocos países donde tenga un efecto positivo como el caso de Singapur, en la actualidad, más de 140 países alrededor del mundo han abolido este tipo de pena, según datos de la organización Amnistía Internacional, esto se debe a que hay pocas bases que sustenten este argumento, de lo contrario, en los países donde aún se aplica, tendrían baja o nula criminalidad.

“Esta postura ha sido desacreditada en repetidas ocasiones. No hay pruebas que demuestren que es más eficaz que la cárcel a la hora de reducir el crimen.” -Amnistía Internacional-

De hecho, la aplicación de esta pena tiene repercusiones sociales que pocos toman en consideración, como en el caso de los llamados “verdugos” o las deficiencias en los diferentes sistemas penales que no garantizan al 100% la veracidad de de los hechos y la posibilidad de condenar a una persona inocente. es latente.


No se soluciona el problema, pero al menos las víctimas reciben justicia: Hay una línea muy delicada entre justicia y venganza. La justicia debe (aunque en la práctica a veces no suceda así necesariamente) ir de la mano con la verdad real de lo ocurrido, a veces, el resultado de las investigaciones revelan una verdad que puede ser más dolorosa para los familiares y que no se ajusta a lo esperado, por ejemplo, declarar a una persona como inocente del hecho, y esto produce un sentimiento de impotencia e impunidad que hace creer que no hay justicia, naturalmente desde una posición emocional (comprensible) por la pérdida o daño que hayan sufrido las víctimas.


Pero pensar que quitarle la vida a una persona que ha sido condenada por un delito, llenará el vacío de la víctima y sus familiares, no es la forma de garantizarle justicia a estas personas, como se mencionó en el punto anterior, hay muchos detalles alrededor de esta pena que pocas veces son analizados con cuidado por sus defensores y además esto no se considera como una alternativa o terapia para el tratamiento que deben llevar las víctimas para subsanar el daño que han recibido.


Es importante recordar que en muchos países aún se dan prácticas que violan el principio al debido proceso, el caso más reciente es el de Siti Zainab Binti Duhri Rupa en Arabia Saudí y que pueden leer aquí.


Un ejemplo en Costa Rica sobre la posibilidad de condenar a inocentes es el caso de Jairo Fernández Gómez, condenado por el delito de violación a una menor de edad y que se comprobó, científicamente, su inocencia después de casi dos años de estar en prisión, pueden ver más sobre este caso aquí.


Una persona pierde sus derechos al violar los derechos de otros: Es totalmente comprensible este argumento, ciertamente una persona no tiene derecho a quitarle la vida a otra o someterla sexualmente sin su consentimiento, por mencionar algunos casos, no obstante, olvidan que al aplicar la pena de muerte, ponen esta responsabilidad sobre alguien más, autorizar a alguien para quitarle la vida a otra persona la convierte también en homicida, solo que “justificado” y se olvidan de la carga psicológica a la que se exponen quienes se dedican a ejecutar personas condenadas a la pena de muerte ¿quién vela por sus derechos?

“Nadie tiene el derecho de sentenciar a un funcionario público a una cadena perpetua de dudas, vergüenza y culpa” -Allen Ault-

Ault, es uno de los tantos que se opone a la pena capital y relata sus experiencias cuando laboraba como supervisor de las ejecuciones en el estado de Georgia, Estados Unidos. Recuerda el caso de Christopher Burger, un joven con capacidad mental limítrofe y que fue ejecutado 17 años después de su condena por violación y homicidio. Ault narra cómo en esos 17 años que estuvo Burger en el pabellón de la muerte, cambió y estaba arrepentido por su delito. Historias como las de Allen la comparten muchos más, como Jerry Givens. Es importante replantear este argumento, no se puede hablar de proteger derechos cuando se habla de pena de muerte.


Argumentos en contra


Amnistía Internacional resumen en su artículo sobre la pena de muerte, algunos de los puntos más relevantes en contra de esta medida:


-Niega derechos humanos

-Es irreversible y se cometen errores

-No disuade contra el crimen

-Suele emplearse en sistema de justicia sesgados

-Se aplica en forma discriminatoria

-Se usa como herramienta política


La pena de muerte: Legalidad en Costa Rica

Ya se ha mencionado muchas veces el tema de los derechos humanos y el derecho a la vida como argumento en contra de la pena de muerte, y que por lo general, muchos a favor de esta medida, utilizan igualmente para refutarlos, pero pasan por alto que Costa Rica está aliado a organizaciones mundiales en las que ha firmado convenios sobre el tema. El artículo 4 del Pacto San José, en el inciso 3, se indica que no se podrá restablecer la pena de muerte en los países donde haya sido abolida.


Basados en esto, pareciera más efectivo invertir esfuerzos para impulsar políticas que mejoren la calidad de la educación, economía, medio ambiente, arte, que desgastarse pidiendo pena de muerte, modificar leyes o tratados no es asunto sencillo.


La responsabilidad Social

“La pena de muerte es un síntoma de una cultura de violencia, no su solución” –Guadalupe Marengo

Javier Rubio, en uno de sus artículos hace mención a este tema:

“(…) la delincuencia del país es una responsabilidad social, muchos piden la pena de muerte como un clamor de urgencia nacional, pero ¿cuántas veces han alzado la voz para pedir al gobierno Jueces más preparados para juzgar? ¿Cuántas veces han usado esa misma energía para pedir un sistema penitenciario adecuado a las necesidades del país?, ¿han pedido con esa misma emoción, políticas criminales de prevención del delito?”

Les recomiendo leer su artículo “Acerca de la pena de muerte en Guatemala”

La delincuencia de un país es reflejo de su sociedad, de nada serviría la pena de muerte en Costa Rica cuando existen diferencias abismales entre las clases sociales, se condenan socialmente delitos graves como los homicidios de forma severa, mas no se condenan igualitariamente delitos de corrupción que incluso podrían traer repercusiones igual de graves y que son causantes del desempleo, la pobreza y las deficiencias en el sistema educativo y de salud. No todas las personas tienen el acceso a estos derechos tan básicos, por tanto, antes de hablar sobre pena de muerte, debemos solucionar estas deficiencias que tenemos para poder llamar a esta pena “Justicia”


Para finalizar, los invito a seguir la página de Amnistía Internacional cuyo objetivo es luchar por la tutela de los derechos humanos alrededor del mundo. A través de ella pueden informarse de muchas injusticias que se cometen a diario y contribuir. Únete al cambio, mañana podrías ser tú el que necesite ayuda.

Y como siempre, siéntanse libres de compartir y utilizar la información del artículo, eso sí, respetando los derechos de autor así como las diferentes fuentes de información acá utilizadas.

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