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Los peligros de hacer justicia por cuenta propia

En los últimos días han trascendido varios casos de ciudadanos que se han defendido ante la agresión de un delincuente, la legislación costarricense contempla la legítima defensa ante una agresión ilícita, actual e inminente, es decir, la persona puede defenderse cuando existe un riesgo sobre su vida o la de terceros, como se presume ocurrió en Moravia durante el asalto a un establecimiento comercial o el ciudadano que evitó la fuga de dos sujetos después de supuestamente secuestrar a un conductor. En total, en el 2018 se han presentado 29 casos de este tipo, un incremento significativo si se considera que el el 2017 sólo se presentaron 8.


No obstante, existen otro tipo de situaciones donde no se cumplen los principios de la legítima defensa, y las personas exceden su defensa o cometen un delito impulsados por el calor del momento, el caso más reciente ocurrió en Alajuela donde dos hombres golpearon y quemaron a dos supuestos ladrones por robar una caja de herramientas. Este tipo de casos no son un hecho aislado, el pasado 19 de noviembre, un hombre fue detenido por las autoridades como sospechoso de dar muerte a otro sujeto de apellidos González Madrigal.

Ese día, según las versiones que se manejan, el ahora fallecido habría asaltado a una persona en complicidad con otros sujetos, 40 minutos después la víctima lo identificó y se vengó hiriéndolo mortalmente con un cuchillo. Sin embargo, este tipo de reacciones no son recomendables, y por el contrario la persona se expone a grandes riesgos.

Una persona víctima de un delito, experimenta durante la acción muchas emociones debido a que aumenta su adrenalina, desde enojo, ira, miedo o ansiedad, todo esto puede provocar que se paralice o actúe por impulso. La impotencia por parte del ofendido es tal que puede desencadenar situaciones como las mencionadas y pasar de víctima a victimario, y enfrentar un proceso penal por la falta cometida.

Aunque no sólo se trata de la sanción penal, también existe la posibilidad de equivocarse de persona y agredir a un inocente. Recientemente en México se presentó un caso similar, donde dos personas fueron señaladas como presuntos secuestradores de niños, lo que provocó la ira colectiva que los ciudadanos al punto de calcinarlos vivos frente a una multitud que exigía justicia. Días después trascendió que las víctimas no tenían relación con los hechos que les señalaban.

Otro riesgo al que se exponen quienes deciden hacer justicia por cuenta propia, es el de salir heridos o terminar muertos al enfrentarse a los antisociales, o a recibir represalias por parte de sus allegados. Por eso, las autoridades recomiendan evitar este tipo de reacciones, recuerde, no siempre es posible repeler un ataque, prepararse adecuadamente puede ayudarle a saber el momento exacto para actuar en defensa propia.

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