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La ciencia del comportamiento

Saludos lectores


No me canso de agradecerles por su apoyo y confianza, he recibido en los últimos días consultas de ustedes por correo y a través de la página y de verdad me motiva mucho para seguir adelante. En esta ocasión  seguiré haciendo mención a parte de la investigación realizada sobre el tema del perfilamiento criminal, como indiqué en mi artículo de La Técnica del Perfil Criminal en Costa Rica.


Desde los inicios de la criminología como ciencia, el perfilamiento criminal ha estado presente, los estudios lombrosianos y aportes de la escuela positiva de la época a través de los postulados en el Tratado antropológico experimental del hombre delincuente, intentaban probar que era posible identificar a los delincuentes a partir de sus características morfológicas.

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Como tal, la técnica del perfil criminal surgió en los años de 1880 a raíz de la investigación del conocido asesino serial Jack el destripador. Las víctimas de este asesino fueron examinadas por dos médicos policiales de la época, George Phillips y Thomas Bond. Phillips fue el encargado de la autopsia a las cinco víctimas atribuidas a este homicida, el cual desarrolló una técnica llamada modelo-herida que consistía en un análisis “basado en la relación que existe entre las heridas que sufre la víctima y su agresor” (Ramirez, s.f.) y de esta forma “buscó la intencionalidad psicológica de los actos del siniestro personaje reflejados en las lesiones causadas a las víctimas” (Otin del Castillo, p. 152, 2010).


Por su lado, Bond también realizó un análisis de las víctimas de Jack, fue consultor de las autoridades y proporcionó una evaluación con detalles entorno al destripador. En su análisis “infirió” que el agresor padeció una condición conocida como satiriasis-excesiva e incontrolable del deseo sexual (…) manifestó dudas sobre la especulación anterior que el agresor era un cirujano o carnicero debido a lo habilidoso en el uso del arma elegida” (Velasco, 2013).

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Muchos años después se comienza a desarrollar la técnica gracias al trabajo realizado por el psiquiatra James A. Brussel, quien elaboró estudios sobre los ofensores desconocidos a partir de su comportamiento en las escenas del crimen y comparándolas con los comportamientos de pacientes atendidos a través de su experiencia profesional (Turvey, 2008, p. 32). Sus aportes fueron de mucho valor para la investigación del terrorista apodado Mad Bomber quien “sembró el terror en Nueva York mediante la colocación de artefactos explosivos en lugares públicos” (Otín del Castillo, p. 152, 2010) durante los años de 1940-1957. Brussel realizó el siguiente perfil:

Es un hombre. Paranoico. De mediana edad; de 40 a 50 años, introvertido. De constitución bien proporcionada. Es soltero, es un solitario, quizás vive con una mujer mayor, pariente suya. Es alguien muy pulcro, aseado, de afectado apurado. No está interesado en las mujeres. De buena educación pero de extracción extranjera. Es un mecánico habilidoso, cuidadoso con las herramientas. Es Eslavo. Religioso. Si es criticado en el trabajo, puede ser violento. Se siente superior a lo que le critican. El resentimiento sigue en aumento (…) (citado por Garrido, 2009, p. 29)

El éxito de la técnica en este caso, llevó a los investigadores a recurrir de nuevo a ella en el caso del Estrangulador de Boston, quien llegó a cometer once asesinatos cometidos durante los años de 1963 y 1964, lo que obligó a crear un comité investigador donde figuraba nuevamente Brussel. Sin embargo, los resultados en esta investigación no fueron sólidos ni tuvieron éxito en la investigación debido a ciertas inconsistencias entre los informes derivados de este comité. Albert de Salvo fue identificado finalmente como el homicida a raíz de su confesión a un compañero de celda ya que se encontraba cumpliendo condena por otros delitos de agresión sexual.


En 1972 que se comienza a utilizar paulatinamente dentro del F.B.I donde surgen figuras como las de Howard Teten, Robert Ressler, Pat Mullay, Robert Hazelwood y John Douglas. En 1978, un grupo de agentes federales crean el Proyecto de investigación de la personalidad criminal en el que realizan muchas entrevistas a asesinos encarcelados con el fin de obtener información valiosa que fuese de utilidad a la hora de investigar delitos sexuales, es a raíz de estos conocimientos adquiridos y de la utilidad de los mismos en múltiples casos que se crea, a inicios de la década de los ochenta, la Unidad de Ciencias del Comportamiento dentro del FBI y junto a ella el desarrollo de un completo programa informático llamado VICAP (Programa de detención de criminales violentos).


El auge de esta técnica comenzó a expandirse y pronto otras figuras comenzaron a surgir paralelamente en otros países como en el Reino Unido, cuando se “empieza a trabajar con técnicas informáticas para identificar perfiles delincuenciales” (Avellaneda, Moncada y otros, sf) en el año 1993. La policía hizo uso de la tecnología para identificar una serie de robos caseros y años más tarde, en 1998, surge el caso del violador y asesino en serie, John Duffy, apodado El asesino del ferrocarril donde se evidenció la utilidad de la técnica del perfil criminal, el perfil del ofensor fue formulado por un equipo de psicólogos quienes describieron:

Las posibles características físicas y comportamentales del agresor, se tomaron las muestras de ADN de sangre y semen (…) obteniendo que correspondían a Duffy y finalmente, su domicilio quedaba en el área que el equipo de psicólogos había señalado en el perfil (Tapias, Avellaneda y otros, sf).

Uno de los profesionales encargados de este equipo fue el profesor inglés David Canter, quien aplicó su conocimiento en la psicología del ofensor. Canter es además, fundador y director del International Academy for Investigative Psychology, una academia profesional para investigaciones sobre la aplicación de la ciencia social a los procesos legales e investigativos. (David Canter, 2014).


Referencias bibliográficas:


Avellaneda, Luisa; Moncada, Melissa; Pérez, Irma; Saldaña, Angela. (s.f.). Elaboración de perfiles criminales desconocidos con base en la escena del crimen. Recuperado el 16 de Agosto de 2014, de http://psicologiajuridica.org/psj7.html

Canter, David. (s.f.). David Canter: Professional History. Recuperado el 14 de Marzo de 2014, de http://www.davidcanter.com/biography/professional-history/

Garrido, Vicente; López, Patricia. (2006). El Rastro del Asesino (II ed.) 2009. Barcelona, España: Ariel S.A.

Otín del Castillo, Jose M. (2009). Psicología criminal: técnicas aplicadas de intervención e investigación policial (I ed). Valladolid, España: Lex Nova.

Ramírez, César. (s.f.). El perfil criminologico del delincuente informatico. Recuperado el 26 de Marzo de 2014, de http://www.derecho.usmp.edu.pe/centro_inv_criminologica/revista/articulos_revista/2013/Articulo_Prof_Cesar_Ramirez_Luna.pdf

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