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Re-victimización, un fenómeno social

Saludos lectores


En días pasados leí la noticia de una mujer a la que le robaron su celular mientras su vehículo se encontraba detenido. En el video publicado por los medios, se observa a sujeto acercarse sigilosamente, y en una rápida acción, extraer el teléfono. La víctima llevaba la ventana abajo.


El hecho provocó muchas opiniones, mayoritariamente culpándola por ser tan descuidada y viajar con la ventana abierta. Es por eso que hoy, quisiera ampliarles un poco sobre el fenómeno social de la revictimización, que nos permita conocer y saber abordar adecuadamente a las personas que han sido víctimas de un delito, ya que es una área que se considera “olvidada” por nosotros los criminólogos.


Es común escuchar que solo se piensa en el delincuente, en sus derechos y que nadie piensa en las víctimas, y siendo honestos, es probable que sí, no vamos a negar que durante muchos años, desde que se le otorgó al Estado la potestad de castigar los delitos y colocar a la víctima como parte pasiva del proceso, que la misma fue rezagada a segundo plano, y que no fue hasta 1973 que se consolidó la víctimología como disciplina científica en el I Simposio sobre el tema, realizado en Jerusalén, y es gracias a esto que las víctimas volvieron a tener visibilidad y se comenzaron a trabajar en áreas como la revictimización.

La doble victimización, la revictimización o la victimización secundaria es aquella que se produce cuando de manera inicial se le han afectado unos derechos a una persona y como consecuencia de la exposición o experiencia derivada del delito inicial, la persona vuelve a sufrir la afectación de sus derechos. (Raúl Sánchez Sánchez, 2014).

El estudio de la víctima es importantísimo para explicar la conducta del criminal, así como el abordaje y tratamiento que debe tener al verse ultrajada por un hecho delictivo, se debe cuidar y proteger su integridad durante el proceso penal, parafraseando a Garrido, la última persona en presenciar un delito, es la misma víctima, de ahí la importancia de saber sacar provecho de la información que ella brinda, sobre todo si sobrevive al hecho, pero esto es material para otro artículo, ya que en esta ocasión, nos vamos a enfocar en la revictimización como fenómeno social que surge en la opinión pública, fomentada muchas veces por el amarillismo y morbo de los medios de comunicación.


En la actualidad, los medios audiovisuales juegan un papel muy importante sobre la opinión popular, videos e imágenes se comparten indiscriminadamente, y esto ha generado una tendencia a ver con indiferencia y normalidad estas prácticas, dejó de importarnos la víctima, que no solo es la persona que sufre el hecho, sino sus familiares y personas cercanas, con frialdad se generan juzgamientos y señalamientos, algunos hasta se alegran por lo ocurrido (“se lo buscó” “selección natural” “nadie lo tiene por idiota”). No es de extrañarnos ya ver personas pidiendo que se compartan estas fotos o videos del estado en que quedaron las víctimas o que muestren cómo se dieron las cosas.


Las consecuencias de este fenómeno son un factor importante para aumentar la cifra oculta, una gran cantidad de personas se abstiene de denunciar por miedo o vergüenza a ser criticados o al verse expuestos en redes sociales y encima afrontar todo el proceso penal. Muchas personas desestiman el valor de la denuncia, principalmente porque lo que busca la víctima es ser retribuida por el daño recibido y al ver que su denuncia es inútil y no se va a culpar a nadie, prefiere no hacerla y evitarse toda esta exposición, que en muchas ocasiones termina siendo más dolorosa, en lugar de retribuirle su daño, lo cual es totalmente comprensible.


No obstante, la denuncia permite visualizar los hechos que están ocurriendo, permitiendo crear información que sirva para implementar políticas criminales, pero al mismo tiempo, se alerta a los demás y así tomar medidas para estar preparados.


Por eso es importante ser responsables a la hora de difundir información, aún cuando se publiquen en medios conocidos y que se suponen serios, así como también ser responsables del material que se envía a estos medios para publicar hechos ocurridos a modo de “denuncia”, ya que en muchas ocasiones vulnera la intimidad de las víctimas, quienes a partir de ese momento, se convierten en públicas, se les juzga y condena, se le acosa, se le hacen “memes”. Tenemos que cambiar de cultura, brindar el apoyo correcto a las víctimas, no culparlas por lo ocurrido, este soporte es vital en el proceso, genera confianza y ayuda a sobrellevar de mejor manera la experiencia vivida.


Por supuesto, individualmente debemos adoptar hábitos de seguridad en nuestro entorno, y que ya se han publicado anteriormente en este blog, no olvidemos que en el estudio del delito, todo debe verse integralmente. Quiero finalizar compartiendoles esto que vi en Pictoline, para terminar de ilustrar este artículo, nada más que agregar, la imagen habla por sí sola.

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