Colaboración de: Lic. José Fernando Cruz González
De acuerdo con estadísticas de organizaciones ciudadanas de transparencia como el semáforo delictivo, México atraviesa su racha como el año más violento, tal resultado ha logrado girar algunas cabezas de los medios de comunicación, cuyas columnas muestran cifras alarmantes, y una descripción de la situación poco optimista que desde enero del presente año se ha contabilizado; el pronóstico no es favorable para los últimos días del año.
Más violencia se traduce en inseguridad ciudadana, un mayor volumen de quejas ante la actuación de Seguridad Pública, mayor percepción de corrupción de instituciones, así mismo la ineficacia del sistema de Investigación y Procuración de delitos se hace evidente.
Entre el cúmulo de delitos que forman el cuerpo de tan alarmantes datos, se encuentra una gran variedad de ilícitos, los relacionados con la delincuencia organizada cobran una importancia emblemática, ya que por la naturaleza de las mismas, diferentes periódicos siguen de cerca las entidades federativas que hacen el puntero de cifras delincuenciales, íntimamente conectados con enfrentamientos entre grupos criminales y agentes del orden, sin embargo ninguna región se encuentra en mucho mejor estado en las estadísticas criminales.
Pero… ¿Cuáles son las razones por la que exista semejante incremento desde los más recientes años hasta el día de hoy?
Indudablemente nos referimos a una variedad de factores íntimamente conectados entre sí y de naturaleza multifactorial, por otro lado, apegándonos a las acciones del Estado, cuyas acciones y objetivos si se encuentran delimitados en el Plan de Seguridad Publica, es posible determinar que la actitud del Estado Mexicano, con toda la maquinaria institucional en los diferentes niveles de Gobierno, son un factor que pesa grandemente en las cifras que se expresan hoy.
De acuerdo con el nuevo plan de Seguridad Publica Ciudadana del gobierno entrante, las predicciones indican numerosas modificaciones, algunas de ellas ya han sido puestas en camino, como lo es el caso de la liberación de algunos reos con características especiales (indígenas), o al menos estos han sido los primeros en gozar de estas nuevas medidas.
Retomando las estadísticas de la violencia, se hacen más preocupante las cifras si consideramos que los datos mostrados están influenciados por la cifra negra, una cantidad de ilícitos que nunca se investigan, y por lo tanto no se tiene la certeza de ser oficiales, este hecho nos indica que el número de delitos con violencia a lo largo de los años es mayor y por ende, las políticas criminales han sido cada vez menos eficaces.
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